Desde Casa Rosada analizan los posibles resultados de celebrar otra reunión con todos los gobernadores

A una semana del receso invernal, el Gobierno espera el momento oportuno para reiniciar las negociaciones para garantizar que los vetos de Javier Milei a los proyectos de mejora de los ingresos jubilatorios y de emergencia en discapacidad que se sancionaron el jueves en el Senado se puedan sostener. Son optimistas a pesar de que opositores y algunos gobernadores aliados se mostraron envalentonados esta semana, y de los fuertes cruces con el Presidente.

En el ala política, donde trabajan Guillermo Francos, Lisandro Catalán, Karina Milei y los Menem, están a la espera de que “se abra una puerta”, sin dar mayores detalles sobre si se refieren a que aparezca la voluntad del Presidente de dialogar, o que los mandatarios hagan un gesto político. “Podría ser esta semana o la que viene, no está claro”, sostuvo vagamente un funcionario.

Tras la debacle, el Gobierno recalcula y la estrategia está verde, aún. En principio, dicen en Casa Rosada, apuntarían a una reunión con un grupo de mandatarios, pero aún sopesan pros y contras de la estrategia. No decidieron si les conviene recibir a un puñado de representantes del total, como la última vez, o ceñirse a los aliados.

El primer camino ya los llevó al fracaso. El segundo, dicen algunos altos mandos, sería el más fructífero o “tentador”. “¿En qué nos beneficia contentar en la bolsa con todos a Kicillof, que no solo no va a ayudar en nada de arranque, sino que no tiene ni medio diputado propio?“, calculó un funcionario.

Tras la aprobación del aumento de jubilaciones y la emergencia en discapacidad, el oficialismo buscaría ganarse el apoyo de los legisladores provinciales (REUTERS)

La herramienta clave para presionar al conjunto sería la aprobación de los proyectos de ATN e impuesto a los combustibles que los gobernadores impulsaron con especial ahínco en el Senado y ahora pasan a debatirse en Diputados. Pero no están seguros de que esa sea la respuesta para garantizarse el tercio de legisladores que imposibilite a la oposición reunir los dos tercios para dar por tierra con los prometidos vetos del Presidente. Y el problema de ir por los aliados es que podrían volver a darse vuelta, como la última semana.

Como la próxima batalla pasará por Diputados, más que nunca la cruzada estará a cargo de los Menem -Eduardo “Lule”, funcionario con sede en la Casa de Gobierno, al servicio directo de Karina Milei- y Martín, titular de la Cámara baja, que trabaja codo a codo con el primero y ayuda de su sobrino, Sharif Menem.

Los dos últimos comparten injerencia en la estrategia legislativa, pero también tienen fuerte influencia en la partidaria. De hecho, fueron cuestionados durante las últimas dos semanas por los gobernadores, supuestamente, por los ataques proselitistas que recibieron en sus provincias.

En el Gobierno niegan de cuajo esas acusaciones. “Son inventos: el enojo es fingido. Excepto en Corrientes, donde la cosa se puso difícil por cuestiones específicas, en el resto fue todo bien”, dicen. También calará fuerte en los diálogos el jefe de Gabinete, que le lleva a Milei los avances en las conversaciones y salió a explicar la postura del Gobierno -con paños fríos- sobre el conflicto durante las 48 horas posteriores a la derrota.

Francos intentaría aplicar

A pesar del fuerte revés del oficialismo en el Congreso, tiene el respaldo total de Milei. Al día siguiente de la votación, el jefe de Estado reiteró que, para él, es el mejor ministro coordinador “de la historia”. La relación entre Francos y los Menem está en un buen momento, y los riojanos trabajan en los despachos de la planta baja de Balcarce 50, donde funciona el ex ministerio del Interior.

Mientras, el asesor estrella de Milei, Santiago Caputo, que hasta no hace mucho tuvo un rol preponderante en las negociaciones políticas legislativas y partidarias, decidió correrse, al menos por ahora, y restringió sus actuaciones a la gestión, en desacuerdo con la estrategia política, electoral y política, de los Menem.

Por lo pronto, el poroteo de los vetos en Diputados ya empezó y los libertarios calculan que no necesitarán 87, como en la edición 2024 de la lucha por sostener los vetos contra la suba de jubilaciones. De hecho, aquel número había sorbrepasado la necesidad mínima, recuerdan en las filas violetas. Esta vez arriesgan que con 72 a 75 voluntades estarán cómodos para ahorrarse.

Son optimistas: según dicen en Diputados, que el vínculo nunca se rompió con los gobernadores aliados, aunque que la ecuación entre contentarlos y sostener las cuentas fiscales intactas resulte “imposible” y genere ruidos insistentes. Que, en el año electoral, dicen, empeoran.