La incertidumbre rodea el futuro de Abel Ferreira en Palmeiras a pocos días del enfrentamiento ante River Plate por los cuartos de final de la Copa Libertadores. El entrenador portugués, que ya conquistó el máximo torneo continental en 2020 y 2021, atraviesa un momento delicado en el club paulista, marcado por cuestionamientos internos y externos que trascienden los resultados deportivos.
A pesar de que Palmeiras cerró la fase de grupos de la actual Copa Libertadores con una campaña perfecta —18 goles a favor en seis partidos y solo cuatro en contra—, el clima en torno al equipo dista de ser el ideal. Mientras River necesitó de una actuación sobresaliente de Franco Armani y la definición por penales para avanzar, el conjunto brasileño goleó 4-0 a Universitario en Lima y selló su clasificación con holgura. Sin embargo, el rendimiento colectivo y las decisiones recientes de su entrenador han generado malestar entre los hinchas.
El viaje de Abel Ferreira a Portugal para atender asuntos personales, en plena fecha FIFA y a poco más de una semana del cruce con el equipo argentino, intensificó las críticas. El club aún no ha comunicado oficialmente la fecha de regreso del técnico a San Pablo, aunque se especula que podría reincorporarse este martes. Durante su ausencia, el equipo se entrena sin su conductor principal, lo que ha provocado una oleada de comentarios negativos en las redes sociales oficiales de la institución.
Las críticas no se limitan a la reciente ausencia de Ferreira. El funcionamiento del equipo, pese a la considerable inversión en refuerzos, no termina de convencer a la hinchada, que ya había manifestado su descontento tras la eliminación en la Copa de Brasil frente a Corinthians. En ese contexto, el empate sin brillo ante el mismo rival por el Brasileirao profundizó el escepticismo sobre el rumbo del proyecto deportivo.
El contrato de Abel con el Verdao finaliza en diciembre de este año. Aunque la dirigencia tiene la intención de extender el vínculo hasta 2027, el entrenador aún no ha dado una respuesta definitiva. Mientras tanto, han surgido rumores de interés por parte de clubes de Asia y Europa, y desde Brasil se menciona a Artur Jorge como posible reemplazante si el portugués decide marcharse.
En medio de las especulaciones, el representante de Ferreira, Hugo Cajuda, fue categórico en declaraciones a ESPN Brasil: “Quien quiera que venga, no va a salir en medio de la temporada”. Esta afirmación refuerza la idea de que el técnico estará presente en el banco de suplentes para el duelo ante el Millonario, donde se reencontrará con Marcelo Gallardo, entrenador al que ha manifestado públicamente su admiración.
A pesar de la confirmación de su presencia en el próximo compromiso, la continuidad de Abel Ferreira en Palmeiras permanece en duda, y dentro del club nadie se atreve a anticipar cómo ni cuándo se resolverá su situación contractual.
Incluso, en los últimos días, se dio a conocer que existen tensiones entre el estratega portugués y la presidenta del Verdao, Leila Pereira, por la gestión del plantel. El conflicto emergió tras un empate ante Corinthians, donde el entrenador expresó su descontento por la falta de delanteros disponibles en el banco de suplentes, lo que generó un inmediato malestar en la dirigencia del club.
La presidenta respondió recordando que había autorizado una inversión superior a USD100 millones en refuerzos, una cifra que incluyó incorporaciones como Facundo Torres, Martínez Toranza, Paulinho y Vitor Roque, entre otros. Esta decisión, según medios locales, se tomó a pedido expreso de Ferreira, quien posteriormente modificó su esquema táctico sobre el cierre del mercado de pases, lo que dificultó la llegada de un nuevo atacante.
La situación se agravó con la reciente venta de Estevao al Chelsea, una operación que, aunque debilitó la ofensiva del equipo, ya había sido planificada y contaba con la aprobación del propio entrenador. Este movimiento, sumado a los cambios de estrategia y la falta de alternativas ofensivas en el banco, profundizó la crisis interna en el club paulista.